Aunque aún resuena el anuncio de la Unión Europea que fija para 2035 el fin de la venta de autos de combustión, ese horizonte podría adelantarse. Lejos de relajarse, la Comisión Europea estudia aplicar esta prohibición cinco años antes, pero solo en el caso de los vehículos de alquiler y los destinados a flotas corporativas.
La medida sorprendería a muchos, sobre todo por el lento ritmo de adopción del coche eléctrico y el rezago en el desarrollo de su infraestructura. Aun así, la propuesta avanza sin señales de retroceso.
El impacto de esta posible decisión no sería menor, considerando que este tipo de vehículos representa cerca del 60 % de las matriculaciones nuevas en la Unión Europea. Solo el año pasado, en el bloque comunitario se vendieron 10.6 millones de automóviles, lo que subraya la importancia de este segmento en el mercado total. Por ello, no resulta extraño que las principales compañías de renta de autos hayan encendido las alarmas tras conocer el planteamiento.
Ya no podrás rentar autos de combustión en tus viajes a Europa
Medios alemanes como Bild y Auto Motor und Sport han filtrado información obtenida de fuentes cercanas a la Comisión. De acuerdo con estos reportes, el organismo ya se encuentra elaborando un texto legislativo que podría presentarse oficialmente este verano. La propuesta necesitaría primero el respaldo del Parlamento Europeo y luego la aprobación del Consejo Europeo, por lo que aún debe superar varias fases.
Según esas filtraciones, el plan obligaría a empresas como Sixt, Hertz o Europcar a operar únicamente con flotas eléctricas a partir de 2030.
Sin embargo, desde el sector de alquiler no han tardado en señalar los riesgos que implicaría esta medida.
A pesar de que muchas de estas empresas ya invirtieron en vehículos eléctricos, la realidad ha sido menos favorable de lo esperado. Según explican, la escasa infraestructura de carga y las necesidades específicas de los clientes —que a menudo realizan trayectos largos— han provocado un bajo interés por este tipo de coches. En algunos casos, eso incluso motivó la reducción de unidades eléctricas en sus catálogos.
Críticas desde el Parlamento Europeo ante un escenario incierto
El escepticismo no se limita a las compañías. También dentro del Parlamento Europeo han surgido voces críticas frente a este posible adelanto.
Así, mientras la Comisión Europea perfila nuevas estrategias para avanzar hacia un modelo de movilidad sostenible, las dudas se multiplican entre los actores implicados. Lo que parece claro es que, de concretarse, la propuesta marcaría un punto de inflexión que afectaría tanto al mercado automotor como a millones de usuarios en todo el continente.
Fuente: Car and Driver
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