Renault se suma al esfuerzo por mejorar el medioambiente mundial con la revelación del Emblème, un coche de demostración que no se limita al concepto: está equipado con tecnologías reales pensadas para alcanzar la neutralidad de carbono durante todo su ciclo de vida.
El Renault Emblème se ha desarrollado bajo un enfoque de ecodiseño, donde cada material y cada pieza se escoge para facilitar el reciclaje.
Plásticos suaves y compuestos por varias capas suelen ser imposibles de reciclar, por eso este auto utiliza componentes fácilmente desmontables y sin adhesivos nocivos. El objetivo: sostenibilidad desde la fabricación hasta el desguace.
Renault Emblème, ecología en su máxima expresión
Los tejidos interiores, fabricados con hilos reciclados en los colores primarios de impresión, recubren superficies clave y están unidos mediante sistemas sin pegamento.
Las piezas más rígidas se fabrican con bioplásticos derivados de lino y piña. Todo el equipamiento, desde la pantalla hasta los mandos, opera sin problemas.
Los controles están integrados discretamente en los tejidos, visibles solo mediante pequeñas luces. Las manijas tradicionales, complejas y pesadas, se reemplazan por mecanismos simples compuestos por seis piezas.
Además, el vehículo consigue reducir un 40% el peso del acero sin comprometer la seguridad, utilizando aluminio reciclado en puertas y capó, donde también se encuentra el acceso al tanque de hidrógeno.
Tecnología limpia y lista para rodar
Con un diseño atractivo de tracción trasera, el Emblème incorpora un motor eléctrico de 215 caballos que puede funcionar tanto con batería NMC como con una celda de combustible de hidrógeno verde, capaz de cargar en minutos.
La marca francesa también ha optimizado cada elemento. Los rines, de 22 pulgadas, utilizan una combinación de aluminio y plástico reciclado que reduce su peso, mientras que los neumáticos Michelin minimizan la resistencia al rodaje, responsable de buena parte del consumo energético.
Gracias a esta integración de soluciones sostenibles, el Renault Emblème podría emitir solo 5 toneladas de CO₂ tras recorrer 200,000 km, comparadas con las 24 toneladas de un vehículo eléctrico convencional.
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